sábado, 21 de marzo de 2009

NOTA MAGAZINE ALBATROS - Enero 2009

Hoy les dejo una nota para que disfruten durante todo el fin de semana de un Magazine que se hace para internet, ALBATROS, la nota está hermosa, la chica que la hizo (desconozco su nombre) se pasó con las preguntas... Que la disfruten... EAEAPEPEEEE!!!!!
Carlitos Balá, un excelente cómico y un buen "pater familia"
En su toldo de Polo Beach, en Playa Grande, Carlos Balá, né Carlos Salim Balaa, rodeado de sus familiares, su esposa, su nietita, su hijo, accede de buena gana a charlar con Magazine. Desgrana su historia desde aquel barrio donde los amigos le pedían que "actuara" en los colectivos, hasta su debut en la radio, primero, y todos los medios, después. Franco y llano, ni siquiera desliza algunas de las zancadillas que le puso el destino a lo largo de su carrera hasta hoy. Es posible, nos dice, que pueda volver a la televisión, pero todavía no está redondeado ese proyecto.
Su única nieta nos recibe en el toldo que ocupa Carlos y familia. Simpática y vivaz, nos cuenta que su abuelo es muy divertido, que siempre está contándole cuentos y que, lógicamente, lo quiere mucho. ¡También, hija única, única nieta! Se ríe. Pero ya llega Carlos y comienza la charla con Magazine. Es muy bueno con la familia, es muy simpático... y siempre me ayuda, agrega la nieta antes de alejarse.

-Me estaba contando, María Laura, que es su única nieta...
-Ella es la que me arregla todo esto -señala su celular- cuando tengo que poner un número nuevo, sabe todo, se maneja como quiere...
-Son "las cyber" y de paso te voy a invitar a que leas Magazine, en Internet... y que escribas lo que quieras, hay espacio.
-¿Circula por la Argentina?
-Por todo el mundo...
-Se suscriben
-No, es espontáneo... Carlitos, si me permite decirle así...
-Yo soy Carlitos Balá, artísticamente.
-¿Y el verdadero nombre?
-Carlos Salim Balaa. Mi padre era sirio y como se casó con una argentina, no aprendí el idioma. Porque cuando voy a Santiago del Estero, que hay tantos árabes, a La Rioja... me hablan... "albalajamm" y les digo "no entiendo. "¿Tiene vergüenza usted?" ¡Pero cómo voy a tener vergüenza de mi padre! Desgraciadamente, mi mamá era argentina y no aprendimos.
-Y siempre marca el rumbo la mamá...
-Siempre. La que enseña es la madre... la que está en casa ¿no?
-Yo quisiera que me cuente cómo era su vida, su niñez.
-Mi niñez de barrio, en Chacarita. Éramos de condición humilde, mi papá era carnicero y era hombre de paz, y todos pasamos por la carnicería de él, a trabajar... En la época en que no había teléfono había que ir a buscar el pedido y cuando se lo llevábamos, te decían "Me olvidé la verdurita..." y uno volvía a buscarle la verdurita... ¡Qué le voy a hacer?
-¿Hijo único?
No, éramos cuatro hermanos. Todos pasamos por ahí, sí.
-¿Los cuatro varones?
Sí, sí, y los cuatro ayudándole al padre ¿no? Y Chacarita, en la época de la fogata de San Pedro y San Pablo, las caminatas, ir a conquistar una chica caminando por Federico Lacroze, Cabildo, Belgrano, se usaba. Porque no había otro medio por aquel entonces. Y menos la clase baja como éramos nosotros. O clase media como quieran llamarlo.
Y mucho cine. Todo lo que aprendí que hago hoy lo aprendí en las calles y en los cines. En la época en la que daban cuatro películas.
-¿Qué película lo marcó de esa época?
-De los cómicos, ¡Chaplin! Charles Chaplin un genio máximo, que no creo que se iguale nunca, a menos que cambie la comicidad, de otra manera, electrónica... que ya no sería humana. Pero también Buster Keaton, Jerry Lewis, y tantos cómicos norteamericanos como argentinos: Sandrini, Pepe Biondi y tantos otros.
Ahora la calle me da mucho, me enseña. Yo soy observador y observo, sé cuándo dos tipos se van a pelear, cómo van in crescendo, insultándose, las peleas vehiculares... el tipo "Bajate que te mato" y todas esas peleas, y las sé hacer tal cual. Y las hacíamos en broma.
Llegábamos a una esquina, hacíamos como que chocábamos y que nos peleábamos... De pronto uno decía algo así como "¿Pero vos sos el hijo de Catalina?" y el otro le contestaba... "Sí, ¿y vos el de Rosita?" entonces nos abrazábamos "Pero, tanto tiempo sin vernos che...". Y la gente que se había parado a mirar, se alegraba y aplaudía: Ya se arreglaron ¡qué suerte!
Siempre me gustó actuar. O subir al Colectivo 39, que estaba a cuatro cuadras de casa donde parábamos todos los muchachos del barrio, ahí estaba la terminal de los colectivos. Entonces nos hicimos amigos y me decían: "Carlitos ¿No te hacés un viaje con nosotros? Dale, mandate un show arriba". Y ahí me mandaba un show...
-¿Cuántos años tenías entonces?
-Y... 18, 20, 21... Muchos años hice de gracioso gratis. Porque mi timidez no me dejaba subir a un escenario.
-¿Éras tímido?
-Sí, sí. Me decían:
- Yo soy amigo del gerente de radio Spléndid, yo te puedo recomendar. ¿No querés trabajar en radio Spléndid?
- No, no -les contestaba- me da vergüenza. No agarraba viaje.
Y ahí iban pasando los años. Yo era el gracioso y hacía cosas como las de Tinelli: la cámara oculta. Eso lo hacía yo pero hace 50 años:
- Andá a cargar al carnicero -me pedían los amigos.
-¿Qué querés, que me pegue una cuchillada? - exclamaba yo.
- No, no, después entramos nosotros y le decimos es una broma de Carlitos"...
-Sin la tecnología de ahora... pero la iniciativa existía.
-La televisión estaba en pañales. Cuando yo debuto, es en radio. Radio "La Revista Dislocada". Un show cómico de Aldo Camarotta y Delfor. Entonces, una vedette, ahora fallecida, estaba de novia y luego se casaron, con un muchacho que era muy amigo, salíamos juntos y habíamos hecho todas las diabluras por la calle. Él me contaba que ella le decía, sobre mí, que con todo lo que yo hacía cómo era posible que no actuara en radio o en teatro. Y mi amigo le contestaba que yo era tímido, que no quería. Ella decidió que un día me invitaran a cenar: "Traelo a ver si lo puedo convencer", le dijo a mi amigo, su marido.
Claro que fui. Y ella me decía que por qué no quería ganar más. "Es una lástima, no desperdicies ese talento que tenés" y yo, que no y no.
Entonces, ella, de motu proprio, sin consultarme a mí, concerta radio Spléndid a las 9 de la noche un jueves.
- Bueno, Carlos, el jueves a las nueve te esperan Delfor y Camarotta - me dice ella. - No, yo no voy -.
- No me hagas eso -replica ella-
- No, yo no voy, me da vergüenza - insistí yo.
- ¡Pero cómo no vas a ir Carlos! -exclama ella- Por darte una cita a vos, anuló dos o tres citas... Así que no me hagas pasar vergüenza..."
Fui a la casa ese día, me anoto todo lo que sabía hacer, todas las pavadas que sabía hacer yo, y no tuve escapatoria.
El jueves fui, me recibió Camarotta... y me da un cognac, y me da otro y yo ya estaba para hablar con el General Perón... La cosa es que van pasando los años, me llama Delfor y le digo: "Mire, yo soy una persona mayor (tenía ya 30 años)..."
-¿En qué trabajabas hasta ese momento?
-En mil lugares: cobrador de libros, que abandoné porque un tipo me trató mal. Porque yo estaba de novio con Marta, hoy mi esposa, y dejé el cobro cerca de mi esposa para terminar en la casa de ella. Y me atiende un hombre ya mayor, medio histérico el tipo. Ya no quería pagar la cuota... Entonces, la forma era buscar cómo me provocaba. Eran las 7 de la tarde y en verano, es de día. "¡Estas no son horas de venir a cobrar! ¡Mándese a mudar de acá!" me gritó. Desde ese día dije nunca más, no quiero más. Me sentí humillado. Y ahí abandoné.
Después trabajé en imprenta, fui camionero, ayudante de camión... que yo me hacía el Chaplín por la calle y la gente me seguía. Hoy día se acuerdan de eso "¡Cómo nos reíamos!" me dicen. En Harods... la gente pendiente en qué iba a hacer yo. Siempre haciéndome el cómico, con los paquetes figurando que se me caían, haciéndome el acróbata... Siempre haciendo reír, es mi vocación.
-Internamente ¿Siempre tuvo buen humor?
-Sí, siempre. Yo digo que mi comicidad, mi vocación es algo religioso. Yo soy un tipo feliz haciendo reír. Otros son sanadores o médicos que hacen el bien de otra forma. Yo creo que hago el bien haciendo reír.
He visitado hospitales, ir a ofrecerme yo al Director. "Sí, Balá, pase por aquí..." Hacer reír en los hospitales, gente que está enferma, con cáncer que ya no daba más. Un día me vino a buscar la policía, porque un chico internado, escuchando mi disco, se estaba muriendo. "Pide por usted el chico", me dijo el policía. Y fui... y el chico, pobrecito, muriéndose. ¿Tengo tantas de esas anécdotas!
-Es que son muchos años de...
-Sí, son muchos años. Y se presta al trabajo mío, a mi comicidad limpia.
-"El Chupetómetro" me acuerdo...
-El Chupetómetro fue una buena idea. Consulté a dentistas, psicopedagogas, psiquiatras "¿Cuál es la edad clave?". Todos coincidieron: un año y medio hay que dejar el chupete, porque hunde el paladar, les hace crecer los dientes torcidos... Y ahí lo puse en práctica.
Lástima no lo conté porque podría haber batido el récord. En el Guinnes. Pero mentiría si digo de más y sería un tarado si digo de menos, porque no tengo el cálculo.
-Bueno, pero como el precursor de "El Chupetómetro"...
-¡Ah, eso puede ser! (risas)
-Yo dejé el chupete gracias al Chupetómetro...
-Y muchos lo dejaron. Pañales, algunos padres el cigarrillo... "No fume que intoxica a sus hijos..."
-¿También? O sea que son todas campañas que ahora se hacen desde otro lugar... Campañas que hace ¿treinta años o más?
-En el '70 más o menos, sí. 38 años, 35...
-Yo lo interrumpí. Estábamos con Camarotta. Le da esos cognac que lo ponen...
-¡En órbita! (risas) Entonces me hacen debutar como gerente del Jabón Federal. Delbene Hnos, y Salvi. Entonces, antes se estilaba, por radio, unas palabras del gerente de publicidad, a presentar el ciclo que se iniciaba.
Porque le dije a Delfor eso de que era una persona mayor, que no me engrupiera. "No, me interesa el número, pero ahora terminamos el ciclo (era diciembre) y yo lo quiero largar como una revelación en marzo" Así fue.
Entonces, ahora unas palabras del gerente general fulano de tal. Entro yo vestidito, con mi corbatita, serio, un poco avergonzado. Había agarrado de casa un almanaque, usé el cartón, los meses los saqué...
En ese momento se agrega el hijo de Carlos Salim Balaa, Martín Balaa.
-¡Qué buenmozo!
-Está lindo Martín ¿eh? (risas)
-Retomemos... entonces sale a escena...
-Sí. Me afirmo en el libreto y era conciente de que temblaba, que me ponía colorado. Hasta esa desgracia. Pero como tenía que hacer un tipo nervioso, me vino justo.
"Señoras y señores... el seclo... el saclo... el ciclo que hoy se inicia de laaaa de laaa de la laaaa de la reee de la reeevista dislocada... que hoy se primicia... se inicia..."
Y la gente en el teatro de la radio, empezó a mirarse. "¡Qué nervioso pobre tipo!". Cuando se dieron cuenta de que Camarotta y Delfor se reían, se dieron cuenta de que estaba preparado. Y ahí entró el personaje.
Yo soy de los primeros que se disfraza en radio. Me vas a decir ¿Para qué? Era el loco que no se sabía qué iba a hacer.
-¿No sabían con qué disfraz aparecería?
-No, no, claro. Yo siempre de motu proprio buscando la risa. A Cristóbal Colón para el 12 de octubre, de marciano me hice yo la ropa ridícula con ruleros de mi mamá simulando eléctricos, una cosa ridícula que venían bien para el personaje. "Señores vengo en son de paz", hago algunos chistes, la gente se ríe... y de pronto... ¡Un silencio sepulcral! ¿Qué pasó? ¡Había entrado Pinky al estudio! Me mató. Es como si entrara hoy Susana Gimenez... No, no. Pinky era superior a Susana en aquel entonces. Era única. Desde ese día, Delfor no deja entrar a ningún personaje más. Porque estaba la radio y algo de televisión ahí. Brizuela Méndez... los grandes animadores. Entonces se ponía un tipo ahí y no dejaba entrar a nadie porque si no, pasaba lo que pasó.
-Claro... se cortó todo...
-Y ahí van pasando los tiempos. Ya se viene colando Locatti. Marquesini era pionero. entra Locatti, talentosísimo, y viene colándose Porcel. Venía detrás de nosotros. "¿Puedo ir con ustedes hasta la cantina Spadavecchia?" donde iban muchos productores, a ver si conseguíamos algún teatro o algo.
Me acuerdo que subió al escenario en la cantina, ahí en la calle Necochea. Y hace una imitación y no pasó nada. Y baja y me dice:
- No pasó nada Balá..."
- Tené en cuenta una cosa -le digo- Hay un dicho que dice cría fama y échate a dormir. Vos todavía no criaste fama-.
Y lo consolé así. Y seguía viniendo.
Un día en la Dislocada, viene el guitarrista de la Dislocada y me dice:
- Balá, está su hermano en la puerta.
- ¿Mi hermano sin avisarme? - Pensé algo malo. Salí rajando a la vereda. - ¡Dónde está mi hermano, querido, no lo veo!" exclamo al guitarrista.
- Ése - me señala.
- Ése no es mi hermano - le digo.
Entonces, viene Porcel imitándome a mí: "Discúlpeme la situación maestro..."
Ché que bárbaro. Vení que te presento a Delfor. Le presento a Delfor, habla y me dice:
- Sería una buena idea hacer mellizos, Los Mellizos
- Dejámelo pensar - le contesto. Y queda ahí.
Cuando yo le pido aumento, ya terminando el ciclo, y me lo niega. Entonces lo agarra a él con el mismo sueldo que quedaba yo. Piola el tipo. Y ahí queda y ya se va solito Porcel. Y formamos Balá Marquesini, Locatti, los tres solitos. Y salimos a pelearla solitos.
Después cumplimos tres años de contrato. Yo quiero largarme solo, ellos también, cada uno por su lado.
-Y qué es lo que más recuerdas de toda esa época, con más afecto..
-Yo agradezco el afecto de siempre. Tan es así que soy tan agradecido que guardo las cartas y los dibujos que me envían de hace más de treinta y pico de años.
-¡Debe de tener cajones y cajones!
-Biblioratos, sí, como100. Empecé con esos chatitos, con elástico y como esos quedaron chicos, empecé con los biblioratos: Tucumán, tal fecha, tal teatro, dos funciones, Comodoro Rivadavia, Bahía Blanca, etcétera...
-Usted es muy sensible ¿no?
-Sí, por supuesto. Creo que sería mal actor si no lo fuese. Si el actor no es sensible no sirve. Es pan para hoy y hambre para mañana. Pero con esto de las cartas...
Un día, el año pasado, vino un muchacho de Italia, a visitar a la madre, argentino él. ¿Qué se quiere llevar de vuelta? ¡El Disco de Balá! El tipo sensible, de recuerdo... Cuando abre el álbum, ve el dibujo que me mandó hace 30 años, y no lo puede creer. Pero el dibujo de él tiene una particularidad: es la cara mía con flequillo y toda una corona de corazones, como diciendo "¡Cómo te quiero!". Y cuando este muchacho lo vio se puso a llorar. No podía creer que yo hubiera guardado ese dibujo después de tantos años. Y me entra a buscar por la calle donde vivo yo. Como de película. Y me encuentra.
Da la casualidad que yo salía ese día -porque soy de poco salir-, casi nos chocamos. Y él exclama: - ¡Carlitos! A vos te andaba buscando...
Lo miro y le contesto:
- Si venís por plata...viniste mal, perdés tiempo.
- Pero no querido... mirá... -y me muestra el dibujo- ¿Soy yo éste?
- Si vos no lo reconocés, menos lo voy a reconocer yo...
- Pero yo te mandé este dibujo hace como treinta y pico de años- dice y está la firma de él.
No lo podía creer. Se lo firmé, le di fotos autografiadas...
-Y Mar del Plata desde siempre. Acá es un clásico verlo saludando a todo el mundo, fotos con todo el mundo desde tiempos inmemoriales...
-Yo paso por una frutería y le digo "Che, de que era la ciruela..." y sale corriendo el tipo "Dale Balá, no hinchés... me hiciste asustar".
-No es muy común que se constate ese cariño, casi palpable por vos... sabés que no es así.
-Y es continuamente, me meto en algún sitio y me pongo a hacer el gracioso.
-Y qué siente cuando la gente lo saluda, "Carlitos... Carlitos..." acá en la playa, o las fotos los chicos... que a lo mejor no lo conocieron.
-Es muy emocionante. El chiquitito por la madre, o alguna película que vio, o viene con el padre o con el disco, o el padre trina porque viene durante 400 km. escuchando el CD...
-Es una marca registrada "Carlitos Balá"
-Son muchos años, hija, muchos muchos. Yo empecé en el año 1955.
-Y en Comodoro ¿Cuándo estuvo?
-No hace mucho hice Comodoro Rivadavia, Bahía Blanca y de ahí salté a Bariloche, bravo. Me tuve que mover. Porque hacer valijas, deshacer valijas, hotel, hotel restaurante, cuál mejor, éste acá...
-¿Hiciste un show?
-Con Piñón Fijo. Piñón Fijo se inicia conmigo cuando él iba al colegio, Lo hacemos cuando trabajamos juntos, lo tiene filmado: un chico disfrazado de él cuando era chico, jugando a la bolita y la madre grita "Piñón, la leche..." y mientras toma la leche, ve en blanco y negro el programa mío. Eso sale por una pantalla gigante, y la gente se emociona. Los padres...
-Pero es un humor que ya se ha perdido...
-Desgraciadamente y no hay ninguno que lo fomente o lo promocione. Suar está en otra cosa, la policía, la comedia picante, la mujer, la malla, las gambas, las minas... Y con un programa están haciendo cinco. Uno que critica, el otro que comenta, y todo alrededor de uno que tiene 28 ó 29 de rating.
Pero tiene que haber de todo en la televisión, no sólo eso. Y la pornografía después de las 11 de la noche y no a las 3 de la tarde y a las 4... esas novelas mejicanas. Ya es un abuso.
-Totalmente. Los avances ya son...
-Bueno, pero nadie dice nada, Sigue el corso.
-Y usted qué cree. ¿Cómo sigue esto?
-Y si no hay una mano dura como hizo Macri. Macri tiene mano dura. Yo creo que vamos para bien. Nos está enseñando: el que es maleducado tiene que aprender de prepo. El tipo que no acata las leyes paga la multa.
- Pero allá ¿Sabés la cola? -.
- Y embromate viejo -.
- Un tipo me coimeó -
- ¿Y por qué te coimeó?
- Porque no renové el registro
- Si vos hubieras renovado el registro, el tipo no te coiméa.
- Le di 10 pesos y me dijo el vigilante "¿qué hago con esto?"... Tomá 20.
Como le dije una vez a uno:
- Yo voy ahora a hablar con su jefe...
- Usted iba a más de 100 km/h
- Yo no iba a más de 100, iba a 80. Entonces viene su jefe para que me registre el aparato a ver si anda bien mi velocímetro. Yo iba a 80 y usted me dice que iba a 100...
- ¡Ah, vos sos Balá...! No está bien entonces... Pero deme una entrada para el espectáculo...
- A vos no te doy porque sos mal policía.
Yo, por mi trabajo, puedo hacerme el loco ¿no?
-¿Y cómo está compuesta su familia?
-Bueno, Martín, abogado; Laura, profesora de inglés, y Marta, que ya nos casamos... Ahora va a ser el aniversario, después de Reyes. Ya van muchos años, 47 años.
Magnífica señora...
Siete años de novios. Me dieron "El Zaguán de Oro" a mí. (risas).
-Y Mar del Plata ¿Hace cuántos años? Digo acá, en la playa...
-Yo estaba en la otra, frente al Havanna, donde tengo el departamento. Y después era tanta la gente, que pensamos en buscar otra con mayor tranquilidad. Vinímos a recorrer acá y me gustó éste, el más tranquilo. Ya hace más de 6 años que venimos a ésta. Al Polo Beach.
Pero, es la incomodidad de sacar el auto. Yo allá cruzaba, se venía la tormenta, me volvía a casa y me quedaba sentado en el balcón, veía la gente cómo se desplazaba, parecía una guerra, o cuando viene un monstruo del mar, que salen todos corriendo... Es espectacular lo que se ve...
Y mi práctica era la calle y el colectivo. El colectivo si yo lo hubiera filmado hago una película de 3 horas y media...
-Nunca es tarde...
-Mseh... La verdad que no, no, nunca es tarde.
-¿Y qué proyectos hay para este año?
-¿Se puede proyectar algo en la Argentina?
-Bueno... qué soñamos para este año...
-El proyecto lo tienen que hacer los productores, como hacen en EEUU, que son ellos los que arman, los que buscan actores... A mí me han dado libretos para hacer comedias, de esas novelas de teleteatro, y yo no me encontraba. Ni me lo marcó el autor, no sé quién soy, yo no me veo acá. Yo me tengo que ver. Yo soy yo. No puedo hacer otro personaje. Es como Sandrini. Sandrini era Sandrini, Biondi era Biondi. ¿Componía un personaje? Sí, como yo compongo Petronilo, elñ Indeciso, el PIbe Maleducado. Pero el personaje es el tipo de la calle: un diariero, un carnicero, el porteño.
-Un perfil identificable...
-Claro, el porteño. Es el tipo normal, de la calle.
-Lamentablemente estamos a merced de los vientos, no de la planificación... Va para donde va el mercado, lo que sea que venda.
-Sí, sí. Les interesa el ratting y se acabó la cosa. Y es lógico también. ¿A quién no le gusta ganar?
-Pero se pueden conjugar...
-Pero por supuesto. Yo puedo hacer una cosa bien hecha y darle ganancias al canal. Pero no tienen la delicadeza, los empresarios, los ejecutivos, de llamarte. "Usted es un hombre de éxito, ha sido un hombre de éxito, la gente lo quiere... ¿Qué idea tiene usted, Balá?" Bueno, yo tengo ésta. Podemos juntar las dos ideas.
Yo me veo en una comedia, con toques sentimentales... o tengo un sobrino o un nieto cocainómano y lo voy a buscar a la comisaría; el comisario se me envalentona y yo me envalentono también y me mete preso a mí y mi nieto lo largan y me quedo yo. Vale decir, estás poniendo algo real, como la cocaína, con comicidad también.
-Pero siempre con ese perfil suyo que fue lo humano, lo sensible, lo que la gente se identifica... No esa cosa supercompuesta que tiene que ver con otras idiosincrasias tal vez. No con la nuestra.
-Por supuesto. Si alguien me dice de hacer Shakespeare le digo "no querido, no no, no tengo cultura para hacer Shakespeare o para hacer Anuil y otros grandes autores y escritores. Yo voy a hacer lo que veo en la calle, en la Argentina.
-Sinceramente, esperamos verlo pronto en televisión.
-Gracias.
-Y quiero agradecerte la buena onda con la que te brindaste a esta charla para Magazine.
-¡Por favor! El agradecido soy yo...
Sencillo, franco, con excelente buena onda, sin pesares pero crítico, Carlos Salim Balaa retorna, ahora sí, al núcleo de sus afectos: su nieta, su esposa, su familia, en el toldo de Polo Beach donde la marea humana lo trajo y los habitantes de Playa Grande lo agradecemos. Es grato encontrarlo sonriente auque truene y el cielo se parta en mil pedazos.
-Gracias Balá... ¡Ah! Casi me olvido.... ¿Qué gusto tiene la sal...?