martes, 11 de enero de 2011

LAS OLAS, EL VIENTO Y CARLITOS BALA - Nota de "EL ARGENTINO.COM" - 02-01-2011

Despierta una sensación extraña de describir. Entre la ternura, la familiaridad, la añoranza y el asombro, lo descubren fácil detrás de sus gafas y un sombrero beige que tiene algo de cowboy, para confirmar que con 85 años a cuestas no le cambió casi nada su fisonomía, ni su tupida cabellera de corte taza, ni su espíritu desenvuelto. “¡Feliz año Balá!”, “grande Carlitos”, el hombre detrás del gestito de idea se lleva una cascada de comentarios de cada cuarentón que desfila por el pasillo de la fila principal de carpas en el balneario Pueyrredón de Playa Grande.
Fue en Mar del Plata donde hizo su primera temporada de gira, en un hotel junto con dos cómicos más. También en la playa de Mar del Plata fue donde un productor televisivo se le acercó y le ofreció ser la estrella del circo, puntapié inicial para su carrera. Este año, decidió volver a la ciudad en donde vacaciona durante dos meses ininterrumpidamente desde 1960. Aunque esta vez, descartó las ofertas laborales que le habían surgido: “no sé cuánto me queda de vida, así que este año preferí disfrutar de mi familia y no tener que privarme de comer helado, tomar cerveza fría o meterme al mar para cuidar mi garganta”, asegura a Diagonales.

“Llegué hace dos días a festejar Año Nuevo con la familia en Mar del Plata. Trabaje o no, siempre vengo, soy fanático, tengo un departamento frente al Torreón del Monje”, cuenta; y con la mirada clavada en la inmensidad del océano, revive el momento en que su paladar avivó la célebre curiosidad por el sabor del oleaje. “Estaba sentado aquí mismo, en una silla frente al mar, y me puse a pensar: qué hermoso el mar salado, el mar es salado, ¿qué gusto tendrá el mar? Salado, como la sal… ¿qué gusto tendrá la sal? Y en eso se me acerca un pibe mirándome y me dice: ¿qué gusto va a tener, Balá? ¡salado! Salió disparando creyendo que había dicho una imprudencia, y así nació ‘qué gusto tiene la sal’”.

Lo reconocen continuamente y él dice que con cada aliento, con cada recuerdo que le acercan quienes lo saludan, se siente pleno. “Creo que a los cómicos la gente se le acercan más, en mi caso me tutean, me dicen Carlitos. Me encanta que me pidan el gestito de idea, lo tomo como un símbolo de fidelidad de quienes fueron mi público”.

A pesar de todo, la tranquilidad también lo cautiva y por eso, hace años ya que no pisa la Mar del Plata de cemento: “a lo sumo voy un ratito a Güemes, muy temprano o muy tarde, pero la verdad que es una molestia para quien me acompaña que me saluden todo el tiempo, y a mí me gusta ser atento con todos”, dice Balá antes de que la mujer policía apostada en la puerta del balneario se le acerque para darle la bienvenida a la playa y desearle un buen comienzo de año, a lo que Balá responderá con tanto entusiasmo como cuando en El show de Carlitos llegaba el momento de nutrir al chupetómetro con los envíos que le tributaba, en una especie de ritual de progreso, la generación que lo seguía por la pantalla chica.

Fuente: EL ARGENTINO.COM